“Carmen, raíz del encanto, se torna escalofrío, escalofrío en la nuca, terraza nórdica, cosas que sólo revelaría el radar, con el llamado descubrimiento del siglo, los radares guiaron a cámaras ocultas en la tumba del Faraón Tutankamón. La poeta abreva en el cartucho egipcio o shenu a partir de un anillo que ella vio en Museo Británico, símbolo formado por una cuerda ovalada con los extremos anudados, para delimitar el principio y el final de una palabra, abarcando habitualmente el nombre del Faraón, evitando así que se juntara con otras. Shen, en el antiguo Egipto, significaba rodear, representaba la protección eterna. Venía siendo un anillo, bucle estilizado de una cuerda anudada. Acá Rocío lo rescata como anillo turquesa y oro para prevenir la traición propia, con la leyenda: “prevén que el corazón testifique contra su dueño”. La dirección hacia donde mira la figura en el shenu es el inicio de forma, el aliento, la dama Blanca.”